5.13.2010

[Sick of being tired, tired of being sick...

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¿Alguna vez han sentido que algo les roba el alma? De esas veces que te despiertas por la mañana y tu cama simplemente esclaviza tu rostro contra la almohada, impidiéndote hacer cualquier movimiento en contra de su voluntad...

Acorde a mis psicolocos amigos, esto se debe a una depresión de la que sólo uno puede salir (y ¿cuál no?..), el detalle es que debes dedicarle tiempo y ahí, muchas veces, está la clave: cuando somos partícipes de más actividades, es complicado darnos un tiempo y escucharnos, y es un círculo de nunca terminar porque precisamente nunca llegas a alguna conclusión.

Este tipo de depresión puede llegar a nuestras vidas por muchos muchos y muy diversos factores, desde un problema en casa hasta, claro, algún problema amoroso. No hay una fórmula específica para resolver los conflictos con uno (o con los demás), pero lo que siempre ayuda es un jugo de tu fruta favorita y ser sincero con uno mismo. Hay que aclarar que es de los detalles más complicados de aplicar: a nadie le gusta que le digan sus verdades... pero es un mal necesario que a la larga puede traer más beneficios que malestares...

Lo otro que puede ayudar es no cuestionar tanto a la vida por ponernos en las situaciones en las que nos pone (que a final de cuentas somos nosotros los que terminamos poniéndonos ahí), porque es muy sabia y siempre llega el día en el que decimos: 'ooooh, era por esto o por aquello', pero no es el momento de entenderlo aún, sino de introyectarlo, cuestionarlo y hacerlo evolucionar en algo que nos impulse todos los días a ser mejores.

Lo que sí les puedo decir es que por muy fuerte que sea el motivo, uno tiene que ser su propio motivo, ya que si basas tu existencia en ese problema o en esa experiencia o en esa persona, pierdes el sentido de TU propia vida, y te puedes perder más de lo que crees, lo que te llevará tarde o temprano a un círculo vicioso de desencuentro contigo mismo y no saldrás de la depre.

Dénse chance, todos nos merecemos un rato en donde caminemos con la mirada abajo, a final de cuentas lo que vale es, cuando cerramos esos ciclos, volver a mirar hacia arriba y con mayor intensidad.